jueves, 31 de agosto de 2017

LECTURAS ESPECIALES

El problema del «blanqueamiento» étnico en Hollywood: ¿racismo u occidentalización?

«Lawrence de Arabia» marcó una de las grandes actuaciones de Alec Guinness, pero, al encarnar a un monarca árabe, también resultó uno de los blanqueos más descarados en toda la historia cinematográfica
Mickey Rooney interpretó al japonés Yunioshi, el vecino molesto de Holly Golightly en «Desayuno con Diamentes»; Alec Guinness, a un príncipe árabe en «Lawrence de Arabia», Jon Wayne fue Gengis Kan, un guerrero y conquistador mongol y Elisabeth Taylor, la faraona egipcia Cleopatra. Y todos eran occidentales.

¿Existe un problema de cantera o prima el lugar de nacimiento en la industria? Un poco de maquillaje convirtió al británico Alec Guinness en un saudita en «Lawrence de Arabia», uno de los blanqueos más descarados en toda la historia cinematográfica. Tener a un actor de renombre en el papel primaba por encima de la fidelidad cultural, y un leve bronceado hizo el resto.

El «blackface» o «yellowface» fueron dos de las técnicas más habituales durante la década de los sesenta para caracterizar a actores blancos como personajes negros o asiáticos empleando un maquillaje exagerado que plasmaba a la figura de forma estereotipada. De ahí salieron los primeros casos del «blanqueamiento» («whitewashing» en inglés) étnico de Hollywood.

Sin embargo, las cosas no han cambiado demasiado. El actor británico Ed Skrein abandonó este martes su papel en la tercera parte de la serie cómica de culto «Hellboy» tras recibir críticas por el racismo que ello implicaba. Su trabajo: interpretar a Benjamin Daimio, un personaje asiático. 

La elección del casting de esta película ha sido la gota que ha colmado el vaso, y las quejas entre los seguidores de los cómics no tardaron en aparecer, acusando a Hollywood de «blanqueamiento», una tendencia que la industria parece estar explotando para occidentalizar obras extranjeras y rentabilizar así sus productos.

Ya no todo gira en torno a la cultura popular de Occidente. Cada vez más, la mina procede de fuera: una explosión de adaptaciones y obras que quedan al margen del ámbito cultural occidental. El público en general desconoce el anime y las producciones asiáticas originales, por lo que Hollywood parece haber encontrado un filón económico. 

Sin embargo, la traslación de esas historias, muchas veces plagadas de símbolos culturales propios y, sobre todo, ambientadas y protagonizadas por asiáticos, suponen todo un problema para las compañías estadounidenses, que prefieren apostar por actores blancos.

Por ello, esta práctica reduce de forma significativa las posibilidades de actores de etnias minoritarias, al mismo tiempo que refuerza la idea de que los actores blancos son más rentables para los estudios. O eso piensan. Ahí surgió la polémica del «blanqueamiento», fenómeno por el cual la industria del cine emplea a actores blancos para interpretar a personajes pertenecientes a otros grupos étnicos.

Multitud de casos
Esta controversia sobre la elección de un actor occidental para dar vida a un personaje de origen asiático no es nueva. El caso más reciente ha sido el de Scarlett Johansson, que asumió el papel protagonista en «Ghost In The Shell» (2017) cuando en la obra original el personaje principal era asiático. 

Y aunque el «blanqueamiento» es un problema reciente en Hollywood, pues son muchas las producciones que sacrifican la multiculturalidad para aprovechar la popularidad de los actores caucásicos, ya pasó también con Johnny Depp con «El llanero solitario» (2013), Matt Damon en «La gran muralla» (2016) y Tilda Swinton

Es más, cuando Netflix anunció que el famoso anime de Tetsurō Araki sería adaptado al cine, muchos fans se alegraron. «Death Note» es uno de los animes mejor valoradas de los últimos años tanto por su estilo, como por su profundo e intrincado argumento. No obstante, las alarmas saltaron rápidamente al conocerse que los protagonistas serían occidentales, y que la acción transcurriría en Seattle y no en Tokio. Un caso más de «blanqueamiento».

Concienciación
Las polémicas por occidentalizar historias y personajes asiáticos son cada vez más frecuentes en la industria. No obstante, la comunidad oriental ha llegado a un punto en el que no quieren callarse más las críticas y, a pesar de que el público y los actores parecen estar cada vez más concienciados contra el racismo y temas como la igualdad salarial, no se ve una solución a la vista.

En Hollywood parecen mirar más por la taquilla, que por que las historias se cuenten fieles a la realidad. De hecho, todos estos casos están siendo tratados como racismo étnico, aunque también podría tratarse de una intención de los directores y productores de occidentalizar el cine extranjero.

Eso sí, tras las criticadas versiones de «Ghost in the Shell» y también con «Death Note», el gesto de Skrein con «Hellboy» puede abrir la puerta a una nueva actitud por parte de las multinacionales que financian y hacen cine. Ya hay directores de casting, como Luis San Narciso («La piel que habito»), que creen necesario «ampliar perfiles» y apoyar la «diversidad en el cine». La serie española «Vis a vis», por ejemplo, contó en su elenco con mujeres cubanas y gitanas, entre otros grupos.


Sin embargo, el director estadounidense Ridley Scott destacó en su momento que no podía montar una película del presupuesto de «Éxodo: Dioses y Reyes», en la que sus actores fueron blancos, y «decir que mi actor principal es Mohammad […]». «No voy a obtener financiación», añadió. Un ejemplo que indica que los estudios no arriesgan y apuestan por las estrellas de siempre.(ABC)

2 comentarios:

  1. El polítical correctness es el primer paso para acabar con la libertad de expresión. Una ñoñeria más de los mediocres para exigir lo que no pueden exigir con trabajo y talento.

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  2. Tenían que hablar con Samy Sosa para eso del blanqueamiento . Atte. él desubicao .

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NIURKA BAEZ,
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