Joseph Cáceres

Sin desperdicio

Mientras México conmueve al mundo mostrando cuán grande puede ser su fuerza demostrarda en solidaridad y hermandad, mientras Puerto Rico nos muestra cómo su resiliencia y su espíritu inquebrantable son su mayor fuerza ante la adversidad, en Dominicana nos estamos comiendo los mocos y celebrando la imbecilidad de un tal Chiqui, en un video viral que le ha hecho gracia a todo el mundo mientras que a mí me angustia.

Ayer, cuando había y aún hay comunidades enteras en nuestro país que están incomunicadas, gente que ha perdido sus viviendas, perdidas cuantiosas en la agricultura, y muchísimos damnificados, me llegaron (porque las conté) dos solicitudes de ayuda y dieciocho memes del tal Chiqui, el héroe del momento.

Para mí el tipo representa la combinación atroz de falta de conciencia, la obsesión colectiva de lograr cinco minutos de fama y el acceso a la tecnología. Su vehículo, bautizado como Petán  (uno de los nombres más detestables de nuestro país), está siendo ahora objeto de una colecta para reparación. Vehículo que utilizó para poner en riesgo su seguridad y la de su familia.

¿Y será verdad que habrán almas que se compadezcan de este energúmeno? Espero que igualmente tengan solidaridad con los damnificados.

Antes de Chiqui fue Beato, un tipo que "haciendo su trabajo"  de conseguir imágenes del huracán en primera fila para alimentar el morbo colectivo, demostró en partes iguales inconsciencia e irresponsabilidad.

Esos son los héroes a quienes les rendimos homenaje, no aquellos que se han movilizado para garantizar la seguridad de otros, no los rescatistas, no los que se han parado de nuevo a seguir luchando después de la tragedia.

No me ha llegado una sola historia de esos otros héroes. Y sé que tenemos muchos. Pero aún en mi limitada participación en las redes sociales los vídeos y memes de Beato y de Chiqui me inundaron (perdonando el uso tan desacertado de la palabra).

Yo siempre he dicho que la mayor bendición de los dominicanos es poder reírnos, no dejar que la cotidianidad nos amargue. Pero esa es precisamente nuestra maldición, no tomar las cosas en serio cuando hay que hacerlo.

Estos dos fenómenos, y muchos otros antes de ellos, reflejan una parte de lo que se ha convertido nuestra sociedad: una gran comedia dónde "to e to y na e na".

El acceso a la tecnología combinada con la imbecilidad y la falta de educación no hacen más que exacerbar el fenómeno.

Todos en RD tenemos a alguien en Houston, en Florida, en México o en Puerto Rico. Pero no, vamos a darle pa'lante que "hoy es viernes y el cuerpo lo sabe" y ya solo quedan 14 lunes para la Navidad. 

Lo sé, me acusarán de que me tomo las cosas muy en serio, pero si ahora no es el momento de hacerlo mientras el mundo se convulsiona, por favor me avisan cuando.

Como dijo la madre en el famoso video:

" Nos jodimos, Chiqui"