¡Una arena!

Gran Arena del Cibao

¿Y la Arena de Santo Domingo, pa’ cuando?

En estos días, y por una revelación del ministro de Obras Públicas, se dio a conocer el proyecto de trasladar el Estadio Quisqueya al Centro Olímpico Juan Pablo Duarte.

De inmediato surgieron voces contrarias a la señalada iniciativa, pues prefieren que el Quisqueya continúe en el lugar donde se encuentra, y que sea sometido a las remodelaciones que sean necesarias.

Además, se considera que sería un despropósito ese proyecto, dado el hecho de que en el Centro Olímpico no hay espacio, y para incluir un estadio  como el Quisqueya, que obviamente sería de más amplias proporciones, habría que desbaratar instalaciones que ya existen el recinto.

Y todo para favorecer a los dueños de los equipos de la pelota criolla, que serían los más beneficiados de un nuevo estadio para que "ellos jueguen".

Pero bueno, a quien Dios se lo dió, ¡San Pedro de Macorís!, como dicen.

Nosotros en cambio creemos que lo que hace falta en la capital es una arena, similar o más grande que la Gran Arena del Cibao en Santiago, porque el Palacio de los Deportes no aguanta una remendada más, lo que le ha convertido en un local insufrible, no solo para las actividades deportivas sino también artística.

(En otro trabajo detallaremos la mafia que ahí opera)

Una arena como la de Santiago dinamizaría el mundo de los deportes y de los espectáculos.

En Puerto Rico tenían solo el Coliseo Roberto Clemente, pero construyeron el Coliseo José Miguel Agrelot, una especie de Madison Square Garden, que le ha dado un relumbrón a las actividades deportivas y artísticas.

Santo Domingo actualmente es la meca del espectáculo en toda el área, con un volúmen de actividades artísticas sorprendentes, que superan a la de países latinos más grandes que el nuestro.

Pero, tenemos el hándicap de que se carece de locales apropiados para grandes eventos.

Se dirá que aparte del obsoleto Palacios de los Deportes, se puede usar el Estadio Olímpico y el mismo Estadio Quisqueya para espectáculos.

Pero, son al aire libre…¿Y si llueve? en un país como el nuestro, donde el día más claro llueve. Se corre el riesgo de perder sumas millonarias, como las que conlleva hoy día montar un espectáculo multitudinario.

Un local bajo techo, como una arena, es lo que hace falta.

Si no lo construye el gobierno, bien, pero también pudiera  ser resultado de una iniciativa privada.

¡Manos a la obra!