La música que engendró a las discotecas

Heaven must be missing an angel, de la banda Tavares, es uno de los temas más reconocibles del género. Se publicó dentro del álbum Sky High! (1976). La banda, compuesta por cinco hermanos de Massachusetts, participó en la confección de la banda sonora de Fiebre del sábado noche (1977).
Esta película es una muestra del auge del género musical, que traspasó las discotecas para convertirse en un estilo que impregnó la moda, la forma de hablar, etc. Quienes acudían a bailar a las salas querían imitar los movimientos de los músicos del momento, como Gloria Gaynor, Diana Ross o Roy Ayers, todos presentes en la colección.
Esta película es una muestra del auge del género musical, que traspasó las discotecas para convertirse en un estilo que impregnó la moda, la forma de hablar, etc. Quienes acudían a bailar a las salas querían imitar los movimientos de los músicos del momento, como Gloria Gaynor, Diana Ross o Roy Ayers, todos presentes en la colección.
Las baladas y los ritmos suaves se colaron entre baile y baile para proporcionar ese momento de descanso en el que las discotecas bajan la intensidad de las luces y dan la oportunidad de balancearse a los menos duchos en el movimiento corporal.
La mezcla de estilos que confluyó entonces en la música disco la hizo universal. Provenía del R&B, pero supo integrar el funk y el soul, acercarse a los ritmos latinos e ir evolucionando sin detenerse. Su influencia en la historia de la música es tal que nunca ha desaparecido. (El País)
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