ARTE NACIONAL

Distorsiones históricas

En los primeros estatutos de la Asociación de Cronistas de Arte, redactados por el periodista Francisco Alvarez Castellanos, se consignada que ACROARTE había sido fundada para “defender al artista dominicano”.

Un desaguisado con el que, como miembro fundador de la institución, no estuvimos de acuerdo.

Los primeros directivos de la asociación mantuvieron ese enunciado. Pero cuando nos tocó presidirla, lo primero que hicimos fue someter una modificación y crear nuevos estatutos, que se aprobaron en asamblea, y que fueron sometidos a los organismos oficiales y publicados en la Gaceta Estatal.

La primera modificación que hicimos fue la de que ACROARTE  había sido formada para defender al artista dominicano.

Esa intención básica la dirigimos al cronista de arte, en vez de a los artistas, los cuales tienen su sindicato que es el que debe velar por ese sector.

Aunque en la práctica el mayor beneficiado de ACROARTE  es el artista, con el premio Soberano que lo exalta, distingue, y promueve, en un montaje único en su clase, no solo en el país, sino en América Latina.

Todo esto lo recordamos por el hecho de que ACROARTE salió a relucir en la situación del merenguero Jerry Vargas, y una lápida que debió ser colocada en su tumba y no se hizo, pero a que la Sociedad Dominicana de Artistas entregó una donación a sus familiares para la misma.

Se criticó a la Asociación de Cronista de Arte porque no hizo el donativo de una nueva lápida, como si la entidad estuviera en esa obligación.

Una exigencia injusta, que entiendo es una reminiscencia de aquellos estatutos primarios que modificamos, porque en los mismos se consignada un concepto distorsionado de la realidad  de los fines de la entidad.

Por lo visto, todavía en algunos persiste esa mentalidad.