Joseph Cáceres

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En pleno apogeo de su carrera, la orquesta de Wilfrido Vargas fue contratada para una gira a México. Un palo, pues ya saben que México es el principal mercado latino de la música, donde todos sus músicos trabajan. Uno sale de noche a recorrer la Zona Rosa y se encuentra todos los bares, discotecas, cargados de artistas y de músicos. José José me decía que hacía giras internacionales por mantener su figura en el extranjero, pero que no tenía necesidad de salir de la nación azteca para tener trabajo. Lo propio me expresaba Marco Antonio Muñiz, y lo comprobé en uno de mis viajes a México con la orquesta Merenglass, tocando en aquellas grandes carpas de los palenques, donde cuando uno llegaba se encontraba hasta 5 autobuses tipo hoteles ambulantes, de las bandas que estaban actuando en el sitio. Pues, volviendo a Wilfrido, su orquesta estuvo tocando en el interior de la nación, por diferentes estados. Pero, cuando se propuso terminar la gira en la capital mexicana, el sindicato de los músicos mexicanos, lo paró en seco. “No señor, su permiso ha sido para tocar en el interior, no en la capital”, le dijeron. ¡No lo dejaron tocar en ciudad México!, y tuvo que concluir su gira y retornar al país! Y ahora yo pregunto, ¿bueno o malo, que los músicos sindicalizados mexicanos apliquen ese tipo de restricciones a sus colegas de otros países? Porque celosos, como ellos solos, de su territorio.

Una publicación compartida de Joseph Cáceres (@josephcaceresm) el 16 Abr, 2020 a las 11:00 PDT