Joseph Cáceres

¿Qué pasa con el Pachá?

Por Johnny Arrendel

El personaje que asume Frederick Martínez para interactuar desde hace años a través de los medios, la redes y en espectáculos, está en franco declive. Ha entrado en una etapa crítica de desconexión con el público.

Ha perdido mucho de su valor comercial y es obvio que sería difícil que marcas que se interesen por expandir sus mercados, opten por asociarse con el Pachá.

De un tiempo a esta parte, no muestra aprestos o interés real en pulir su desempeño como conductor, presentador y animador, renglón, este último, donde se le consideró el mejor exponente por un tiempo prolongado.

Pero si el primero que no respeta su trabajo es usted mismo, está claro que ningún contratante potencial lo tomará en serio. Por ello, no se vislumbra que veamos al Pachá conducir galas de importancia que se desarrollen en nuestro ámbito o en el internacional.

Es una vorágine que puede arrastrar a otros. Ramón Lluberes –Mon-, tiene una trayectoria de éxitos como manejador de emisoras y cadenas de radio. Y su palmarés se fundamenta en sus buenos criterios de producción.

Ahora, Mon Lluberes en la cabeza gerencial y  creativa de la propuesta semanal que encabeza el Pachá, que tiene como eje trasversal la lisonja política y el ataque artero a los adversarios del oficialismo. Eso puede ser válido, el problema es que si cae la credibilidad y el prestigio del anchor, que no es  otro que Frederick Martínez, el proyecto se irá a pique.

El alto riesgo reputacional de vincularse al Pachá también socavó recientemente las bases de sintonía del Show del Mediodía, al estar involucrado en un segmento que la gente percibió como una agresión al comunicador dominicano de incidencia internacional Tony Dandrades, lo que fracturó la imagen de marca del espacio que produce Iván Ruiz.

Un daño agravado por el matiz racista que le infundió el Pacha a su intervención. Imperdonable porque él también ha estado en la parrilla de la televisión internacional.

Convencido de que en estos tiempos hay que conseguir a como dé lugar el provocar conversaciones a través de las nuevas plataformas digitales de interacción social, el Pachá, sin embargo, desconoce cómo hablar en las redes.

Y es que en las redes sociales no se habla de manera convencional, sino mediante acciones.

Si esas acciones son impactantes, novedosas, inusitadas, conmovedoras, es posible que se conviertan en virales y hasta en factor de cambio. Recordemos que la llamada Primavera Arabe, comenzó con la inmolación de un vendutero en Túnez, que fue grabada y compartida a través de celulares.

Ejemplos de acciones de impacto en redes sociales en es este país, cuando Hipólito Mejía llegó al Carnaval de la Vega y gente del pueblo le recibió al grito de “Llegó Papa”. O cuando la vicepresidente Margarita Cedeño se trasladó a un poblado de la sierra a visitar los familiares de uno de sus colaboradores muerto en accidente.

Incluso, el propio Pachá, antes de la expansión de las redes sociales, incurrió, junto al Cocodrilo, en una acción de enorme incidencia, aunque no dejó de ser irreverente, como fue la de bailar el Himno Nacional a ritmo de merengue en televisión.

Pero a partir de entonces, con una serie de iniciativas más desafortunadas aún, dirigidas a llamar la atención de manera forzada, se verifica un proceso sistemático de erosión en la figura del Pachá.

Resulta que majaderías como besar por la fuerza a Fernando Villalona y a Belkis Concepción, amenazar con desnudarse y luego mostrarse en calzoncillos en la previa de Premios El Casandra; humillar por razones políticas a artistas invitados a su programa y, ahora, echarle en cara a Dandrades un supuesto fracaso y endilgarle ser negro, no encuentran simpatías ni siquiera en una parte mínima de la audiencia.

Es decir, los intentos machacantes de Martínez para llamar la atención solo consiguen que de manera unánime la gente le rechace y es por ello que su gravitación se reduce aceleradamente y en estos momentos su incidencia profesional no es la de antes.