Así es que se deben hacer los concursos, dando fé y testimonio de quienes han sido los ganadores, lo cual genera confianza y credibilidad en la marca y el producto.
Esto a propósito de que en el país se realizan muchos concursos donde al final no se sabe quiénes los ganan.
Porque muchos negociantes y marchantes los usan sólo como medio de promoción para aumentar o generar ventas o clientela.
La falta de transparencia en esos concursos le hacen mal a las marcas.
No en vano en el mercado norteamericano, se obliga a publicar las bases de los concursos que se hacen, y quienes las incumplen son poasibles de demandas.
Participan quienes incrementan el balance de su cuenta de ahorros.
Por cada 300 pesos de incremento, se genera un boleto electrónico para participar en el concurso.
Pero, nadie se entera quienes ganan.
Cuando se suelen publicar los "ganadores", se encuentra usted con nombres tales como "Juan Pérez", sin foto ni nada que los identifique como una persona real, lo cual crea dudas.
El apellido "Pérez" es al que más se recurre cuando se inventan nombres. No lo decimos nosotros, está demostrado por estadísticas.
La Asociación Cibao debería copiar el método del grupo Ramos.
Deben tener presente que se trata de una entidad financiera, que se fundamenta en la confianza que deben tener los ahorrantes de los cuales se nutre.
Cuando de bancos se trata lo más importante es la credibilidad y la confianza, y la manera en que hacen su concurso, no le favorece.
Atención a la gente del bravo, que también pone unos boletos en la factura y nadie sabe quien gana.
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