Joseph Cáceres

Aunque su nombre no resuene con la fuerza de los Windsor ni su figura sea tan carismática como la de otros príncipes europeos, Maha Vajiralongkorn, también conocido como Rama X, ostenta un título indiscutible: el de monarca más rico del mundo.

El actual rey de Tailandia, coronado en 2019 tras la muerte de su padre, el venerado Bhumibol Adulyadej, encabeza la lista global de soberanos con mayores fortunas personales, con un patrimonio estimado en más de 40 mil millones de dólares.

Los números detrás del estilo de vida del monarca tailandés parecen sacados de una ficción: más de 17 mil propiedades inmobiliarias, 38 aviones privados, 300 automóviles de lujo y 53 yates reales conforman parte del vasto imperio personal de Vajiralongkorn.

Estos activos no solo superan con creces la fortuna de figuras como el rey Carlos III del Reino Unido, sino que incluso rivalizan con algunos de los magnates más poderosos del sector tecnológico a nivel global.

Nacido en 1952 y formado académicamente en el extranjero, Maha Vajiralongkorn es un personaje enigmático, conocido por su estilo de vida extravagante, sus constantes viajes y por mantenerse alejado de la imagen tradicional de un monarca.

A diferencia de su padre, quien durante décadas fue símbolo de unidad, austeridad y estabilidad en Tailandia, Rama X ha sido protagonista de diversas controversias y rumores, muchos de los cuales han sido silenciados por las estrictas leyes locales que prohíben las críticas a la monarquía.

Uno de los factores clave detrás de su inmensa fortuna es su control sobre el Crown Property Bureau, la oficina encargada de administrar los bienes de la monarquía tailandesa.

A diferencia de otras casas reales del mundo, donde el patrimonio está separado de las finanzas personales del soberano, en Tailandia el rey tiene control directo sobre las propiedades y activos de la corona, lo que ha consolidado su lugar como el monarca con más riqueza acumulada del planeta.

Un monarca en una era de cambios

Pese a su fortuna y poder, el rey Vajiralongkorn no ha estado exento de tensiones políticas.

En los últimos años, jóvenes tailandeses han protagonizado protestas sin precedentes, pidiendo reformas constitucionales y mayor transparencia en torno al papel y los privilegios de la monarquía.