La mayoría de los podcasters coinciden en que aparecer en lo más alto de las listas es beneficioso para la visibilidad, las alianzas con marcas y el prestigio, aunque pocos conocen a fondo cómo funcionan los rankings de plataformas como Apple y Spotify. En general, se considera que estas clasificaciones no reflejan con precisión el éxito o el tamaño real de la audiencia, lo que evidencia la falta de claridad en las métricas de esta industria en crecimiento y la posibilidad de que se manipulen.
En el sector se percibe que los rankings se ven influidos más por aumentos repentinos de suscriptores que por la audiencia total. Spotify actualiza su lista de podcasts diariamente con base en el número de seguidores y de oyentes únicos recientes, mientras que Apple lo hace varias veces al día considerando reproducciones, seguidores y porcentaje de finalización. Por su parte, YouTube, que es la plataforma más usada para escuchar podcasts, estrenó su propio ranking en mayo, actualizándolo semanalmente según el tiempo de visualización.
Cada podcast cuenta con sus propios datos internos que los agentes pueden usar junto con otras métricas, como seguidores en redes o oyentes recurrentes, para vender el programa. Sin embargo, las definiciones de descarga, escucha o visualización varían entre plataformas, lo que dificulta medir la popularidad real.
Esta obsesión con las métricas ha dado pie a un mercado de empresas que venden descargas o seguidores a podcasters que buscan escalar en las listas, algo que, según Dan Misener, cofundador de la firma de marketing Bumper, ocurre con frecuencia, sobre todo en Apple Podcasts. Misener advierte que el problema de fondo es que “la vara de medir está rota” y que el sistema actual incentiva prácticas que priorizan cifras infladas de descargas o seguidores.
Bill Simmons, director de estrategia de programas hablados en Spotify y popular presentador, considera que este es uno de los mayores retos del sector, denunciando que muchos programas mienten sobre sus acuerdos, números de oyentes y suscriptores de YouTube (incluso pagando por ellos). Apple, por su parte, afirma que su ranking incluye factores adicionales para hacerlo justo y que manipularlo de forma intencional está desaconsejado.
Durante mucho tiempo, las descargas fueron la métrica principal, pero su fiabilidad se ha visto afectada por cambios en iOS y por fluctuaciones ligadas a la migración de feeds RSS a nuevas plataformas. Además, con el auge del consumo en video, las visualizaciones ganan relevancia, aunque las de Spotify y YouTube no se contabilicen como descargas.
Con la evolución del formato, muchos creadores han sumado eventos en vivo, acuerdos con grandes marcas y otros elementos que también influyen en el éxito general. Misener recomienda a sus clientes centrarse en la audiencia total, la reproducción y el tiempo de escucha para detectar patrones de crecimiento.
sábado, 16 de agosto de 2025
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