viernes, 2 de noviembre de 2007

Una Chica de Cortesía



La delegación de ejecutivos de canales de la televisión dominicana arribó al aeropuerto de Maiquetía, en Venezuela, a la hora en que estaba previsto el aterrizaje. Sus colegas de Radio Caracas Televisión lo esperaban en la terminal para darles una cordial bienvenida. Todos vajaban con sus esposas pues, en vez de una reaunión de negocios, se trataba de una actividad de la Organización de la Televisión Iberoamericana (OTI). En la delegación habían invitado a un periodista que, por cierto, era el único que viajaba sin acompañante. No se estila que también se tenga que invitar a la esposa o a la novia de un periodista que va a trabajar. Desde el aeropuerto se hizo el traslado del grupo al hotel Caracas Hilton, en donde luego de registrarse y de recibir cada quien la llave de su habitación, convinieron en reunirse en el restaurante para almorzar. El periodista tomó su llave, entró al ascensor que le llevó al piso donde estaba la habitación, y tras llegar se dirigió a la puerta con el número que le habían estampado en la tarjeta donde estaba la llave electrónica. Al abrir, !oh sorpresa!. En la cama había acostada una mujer despampanante en ropa interior mirando la televisión. -Excúseme..pero parece que hubo un error; me dieron una habitación que está ya ocupada- dijo el periodista con más verguenza que pena. -No hay error alguno- dijo la hermosa muchacha con un cuerpo, que bien merecían las páginas centrales y la portada de la revista Play Boy. -No fue mi intención entrar a una habitación ajena- volvió a excusarse el periodista. -No tiene por qué excusarse porque no hay hay error. Lo que sucede es que como usted es el único que viaja solo, los amigos de Radio Caracas me solicitaron que le acompañara durante toda su estadía. Es una cortesía que ellos quieren usar con usted. El periodista apenas podía articular bien las palabras frente a ese monumento de mujer que solo se ve en películas. No podía creer que aquello fuera cierto, y como en Venezuela hay un programa que se llama Qué Locura! donde “atrapan” a la gente, miró por toda la habitación para ver si había una cámara oculta y lo estaban“facturando”. Y haciéndose el más tonto de la cuenta, para asegurarse bien volvió a preguntar. -Entonces, usted y yo vamos a estar juntos y a dormir en la msma habitación? -Claro...y le acompañaré para todas partes, solo que me avise con tiempo, para maquillarme y vestirme para la ocasión. Cuando el periodista bajó al restaurante para almorzar con los demás, como se había convenido, acompañado de esa diva espectacular que no andaba en el viaje, a los ejecutivos de la televisión les faltaron ojos para mirar y admirar. Durante el almuerzo hubo hasta codazos de algunas esposas que se molestaron porque sus maridos dejaron entrever que si hubiesen sabido que la cortesía de sus anfitriones llegaba hasta ese extremo, hubiesen preferidos, al igual que el periodista, viajar solos. En el fondo ello no es más que una práctica usual entre gente que se maneja al más alto nivel de atenciones y de relaciones pública. Muchas páginas se llenarían si aquí alguien se decidiera a detallar la cantidad de modelos, megadivas, ex-reinas de belleza, o muchachas de sociedad, que de manera alternativa, sirven de “damas de compañía.”

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NIURKA BAEZ,
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