COMO SE ELIGIO EL SOBERANO

Para contar los votos de los ganadores de los premios Casandra se convoca a una reunión de la directiva de Acroarte, ex presidentes, miembros del consejo de asesores de la entidad, un abogado notario y un familiar de Casandra Damirón.
La misma se hace a partir de las 2:00 de la tarde en un salón de acceso restringido en un hotel de la capital el mismo día de la premiación.
Luego de contar los votos y conocer a los ganadores en las distintas categorías del Casandra, se procede a la selección de El Soberano.
Este año, al igual que en los anteriores, antes de elegir al ganador de El Soberano, la directiva realiza una reunión aparte y sus integrantes salen del salón, para ponerse de acuerdo y regresar con una propuesta unificada.
Mientras los directivos se ponen de acuerdo, los ex presidentes y asesores conversan a su vez en torno a quienes pudieran ser considerados para el premio.
Cuando la directiva concluye sus deliberaciones, retorna al salón para someter su propuesta.
En ese momento cualquiera puede proponer candidatos, pero por lo general de antemano resultan fallidas, debido a que ya los directivos, que son mayoría, se han unificado en torno a quien consideran debe ganar el Soberano.
Este año la propuesta de la directiva fue Juan Luis Guerra y nadie propuso a ningún otro artista.
La presidenta, como vocera de la directiva, justificó el premio a Juan Luis ponderando su extraordinario desempeño el pasado año y los múltiples galardones y reconocimientos que obtuvo en el extranjero.
Cuando se sometió a votación, la decisión fue casi unánime. Dieciseis de los diecisiete presentes le dieron su voto favorable a Juan Luis Guerra. Solo tuvo un voto en contra, pero sin ninguna propuesta de que la distinción se le diera a otro.
Cabe decir que fue una de las votaciones más votadas para un Soberano, porque en otros años las propuestas diversas han dividido los votos.
Sigo insistiendo en que Acroarte debería informar de manera consistente como es que se eligen los premios, para que no se generen tantas críticas injustas, como resultado de la confusión que provoca el desconocimiento.