Barato Me lo Jallo...

La verdad es que no entiendo a cierta gente.
Se escandalizan por las publicaciones que hago en torno a romances y lances de las figuras del arte como si se tratara de un pecado o sacrilegio el develar aspectos cotidianos de la vida de los artistas que otros prefieren ignorar.
Y eso, que apenas reseño el 10% de todo lo que sucede en éste ambiente.
Todavía se refugian en el cliché de que se trata de "su vida privada" para tratar de ocultar sus desafueros.
Y hasta tienen el tupé de criticar y censurar a los demás, predicando así la moral en calzoncillos.
Se imaginan lo que sucedería si en lugar de los artistas nos diera por publicar el lado oculto de la gente de la política, de la alta sociedad y altos militares, muchos de los cuales actúan como “la perrita de María Ramos”?
O la vida oculta de algunos religiosos que practican el “ a Dios rogando y con el mazo dando?”
Qué les parece por ejemplo que develáramos lo que al doctor Joaquín Balaguer le gustaba que le hicieran las chicas que tenía empleadas para que le leyeran los periódicos y libros preferidos, en la etapa en que ya tenía problemas visuales?.
Que hablara de su hedonismo y momentos de extasis tras las jornadas de rascadas de cabeza y caricias craneanas que tanto le gustaban?
Las veleidades del doctor José Francisco Peña Gómez en el local que estaba encima de la publicitaria Fenix de Brinio Díaz, en la calle El Conde, donde solía “arreglar” a ciertas féminas de esas a las que les gustaba preguntar “mami qué será lo que tiene el negro?.”.
Imagínense que me diera por hablar de la megadiva que invadía los predios de Hipólito Mejía cuando era presidente, provocando el celo y la indignación de doña Rosa, que la mandó a sacar de un lugar donde estaba “de afrentosa”.
Y qué decir de la otra “supermami” que tenía un apartamento pagado por un candidato a la presidencia de la República, cuya esposa, al enterarse, la engañó llevándole una serenata con un mariachi y cuando ésta abrió la puerta creyendo que era un enamorado le dijo a los músicos “sigan tocando” y entró y le rompió todo lo que encontró a su paso.
Mientras el mariachin tocaba “estas son las mañanitas que cantaba el Rey David”, para que los vecinos no escucharan el escándalo, la aspirante a primera dama “da’ al diablo ” arrancaba cortinas, rompía cuadros, adornos de porcelana, rasgaba vestidos, en fin hizo un desastre, mientras la presentadora de televisión salía huyendo.
Por favor no me dejen revelar, porque me matan, los trucos de los generales y coroneles que empleaban a un "buscavida" del desaparecido café Murano para reclutar chicas incautas a las cuales reunían para seducirlas en el área de cierta piscina.
El harén de ciertos edecanes militares del doctor Balaguer y de Hipólito Mejía y las empresas donde las tenían "trabajabando" para guardar apariencias.
Y dónde me dejan las agencias de modelajes que manejan “top models” que operan como “dealers” para enviar mujeres bonitas a ricos empresarios, millonarios, turistas con cuartos y artistas de los que llegan a Punta Cana y Casa de Campo?
Mujeres que en la sociedad se presentan como muy serias, pero que tienen un “código de barra” en el trasero, que sólo puede ser “escaneado” por gente que tiene mucho dinero.
Y qué decir del “maipioleo” de ciertos diseñadores de moda que entre sus actividades colaterales está el suplir mujeres por encargo (“para comer aquí o para llevar”) pues lo mismo sirven para un discreto fin de semana en Cap Cana, como para viajar con ellas a Miami.
Creo que es mejor seguir reseñando las interioridades de la gente del arte y dejar que otro agarre a los políticos, funcionarios del gobierno o revele las excentricidades de los peloteros.
Uno no puede estar en farándula, política y deportes al mismo tiempo, verdad que no?
O qué creen ustedes?