Estuve viendo un interesante documental en la televisión en el cual se narra el efecto indeseado que produce el consumo de cocaína en los adictos a esa droga.
De como afecta cierta parte del cerebro, lo cual a su vez se refleja en deformaciones en la cara de los consumidores.
Ahora comprendo el extravismo de un popular mereguero, que de buenas a primera ahora tiene un ojo normal y otro que parece mirar para otra parte.
El defecto le da ahora una “cara de loco”.
Como también ahora entiendo el porqué otro merenguero tiene la boca doblada como un “chuflai”.
Y qué me dicen de los hoyos en los cachetes de un salsero?
Es un reflejo de los efectos que narra el reportaje de marras.
Estos son apenas los casos conocidos...
A manera de advertencia y porque estimo mucho a esos amigos, me permito por este medio aconsejarle a ciertas figuras de la música, de las cuales nadie sospecha que están en vicios, que se dejen de estar visitando cierto “car wash” de la capital, al cual entran y salen en sus vehículos sin que vayan a lavarlos.
Aunque van con vidrios entintados ya los conocen y se están “calentando”.
Lo mismo dije de los que se extralimitan cuando van de gira a Nueva York y se hospedan en el Holiday Inn de Fort Lee en la Ruta 4.
De momento caen en un “gancho” con la humareda que levantan fumando en el parqueo, pues como dije se trata de un área situada entre dos estaciones de gasolina, sobre las cuales se tiene una vigilancia hasta con cámaras, pues al punto se le tiene como una zona de transacciones vigilada por las autoridades.
Ese tipo de desafíos suelen salir muy caros.
A otros quizás no les importaría que “se los lleve el diablo”. Pero un medio en que algunos artistas ven a uno como un padre, en modo alguno les puede desear un mal, cuando por el contrario se tiene la oportunidad de aconsejarles.
La advertencia está hecha.
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NIURKA BAEZ,
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