La mentira no paga

Tanto que algunos cronistas de arte critican a Los Dueños del Circo por la manera desenfadada que tienen de abordar lo que ocurre en el mundo del arte y del espectáculo.
Sin embargo paradógicamente Los Dueños del Circo manifiestan más objetividad que muchos de los cronistas de arte de periódicos y comentaristas de radio y televisión que se dedican a escribir y a decir mentiras sobre los espectáculos que se presentan en el país.
Se pusieron a publicar que Marcel contó con un gran respaldo de público en su concierto aniversario del sábado en El Maunaloa en tanto que otros se dedicaron a repetir como “papagayos” esa mentira en sus programas de televisión.
Y eso no fue verdad. La asistencia de público fue escasa lo cual fue reseñado sólo por dos medios.
El único periódico que dijo la verdad fue Diario Libre y el único programa de televisión que también hizo lo mismo fue el de Los Dueños del Circo, que inclusive hasta pasaron una fílmica con el salón casi vacío donde se puede comprobar la realidad de los hechos.
Queremos mucho a Marcel y defendemos su capacidad de trabajo, pero no podemos faltar a la verdad publicando y diciéndole mentiras a la gente, porque eso desacredita al periodista y al medio.
Quienes se dedican a falsear los hechos por “amiguismo” o por “intereses” se desacreditan en el ejercicio de la profesión.
Eso lo hacen para luego ir a las asambleas de Acroarte a decir que el concierto de Marcel debe ser nominado, como siempre hacen.
De antemano le decimos a Marivelle Contreras, la presidenta de Acroarte y a los demás directivos y mienbros de Acroarte que son serios y que se respetan, que deben estar alerta ante las burdas mentiras que algunos articulan para favorecer artistas y espectáculos que no clasifican para ser nominados.
Las mentiras que se han publicado en torno al espectáculo de Marcel constituyen una avanzada de lo que viene en la asamble de nominación y evaluación. !Ya lo verán!.
Repito que a Marcel la queremos mucho y siempre la hemos apoyado, como ella misma lo ha dicho. pero no llegamos hasta el extremo de desacreditarnos para favorecerla como otros han hecho y siguen haciendo.