CIEGOS, SORDOS Y MUDOS

A propósito de que en estos días se ha estado discutiendo en torno a la calidad de la televisión dominicana, creo justo y necesario decir que uno de los mayores desaciertos que se verifican en materia de producción lo constituyen los denominados “programas especiales” que se les hacen a las orquestas.
Hay tantos programas al mediodía, en la tarde, en la noche y los fines de semana, que las orquestas necesariamente tienen que administrarse para no “quemarse”.
Como una manera de procurar no seguir haciendo “más de lo mismo”, algunas orquestas exigen que se les haga “algo especial” que justifique su aparición en la televisión y romper con la rutina .
Y los ”productores” de programas se han inventado unos especiales que no son tales.
Qué de especial tiene el mandar una cámara al parqueo del canal para que reciba al artista bajándose de su carro y capte su entrada al estudio, donde ya la orquesta está tocando un opening instrumental de su repertorio, mientras el presentador se “desgañita” anunciando su actuación por todo lo alto?
Y si no es desde el parqueo, entonces las tomas del “especial” la hacen desde los camerinos.
Y eso no es de ahora, eso lo estoy viendo desde Sabado de Ronda, Domingo de mi Ciudad y El Show del Mediodía de los años setenta.
Y los productores de ahora tienen el tupé de seguir haciendo eso como si fuera una novedad y hasta algunos llegan al extremo de que cuando otro lo hace se quejan porque los "están copiando". Bárbaros...
Algunos programas que hacen especiales a veces se emplean un poco más a fondo y se van al terreno de hacer una biografía del artista, que por lo general siempre consiste en un reportaje en su pueblo natal con sus familiares y amigos de infancia.
A eso se reducen los llamados “especiales” que se les hacen a los combos dando siempre “más de lo mismo” cuando muy bien se pudieran implementar otros recursos más creativos.
Y así no quieren que la misma gente los critique haciendo acopio de una potestad que debería estar en manos de los cronistas de arte.
Pero, imagínense...para muchos cronistas es mejor mantenerse “ciegos, sordos y mudos”.