EN EL UMBRAL DEL TIEMPO

Hoy me levanté decidido a enmendar el error de haber sido tan indiferente contigo...
Después de todo vivimos en un mundo lleno de mitos, donde sería dificil vivir sin utopías...
Y cuando uno ha sumado tantas arrobas a su vida resultaría una acción baldía pretender acallar las quimeras de aquellas voces que duermen su Síndrome de Diógenes entre las paredes de las viejas casas coloniales, con el vuelo de palomas y atardeceres que se marchitaron con el paso del tiempo.
Deambular por los senderos de los fantasmas que se fueron y nos dejaron levitando en los latidos de una esquina donde una vez diste rienda suelta a tus inconstinencias seniles
El ritual compartido de la obligada tertulia en el parque o la peña sabatina donde se ensalman las nostalgias.
Y tú puntual, como siempre, con tu cara amarillenta por el polvo, arrastrando tus penas, sin tiempo para saborear la brisa de un ayer que ya vivimos en el umbral de un mundo que se cansó de dar vueltas, emborrachado de tantos amaneceres, atardeceres y anocheceres.
Y todo para luego despertar ahogado entre tus piernas, bajo un cielo de luces y destellos orgásmicos, en una tormenta de fuegos y pasiones que nos deja sin aliento para dispersar las cenizas de un futuro tan siniestro...