RAQUEL AYER Y AHORA

Volviendo a las reinas, en el 1978 ganó el certámen de Miss República Dominicana Raquel Jacobo, representante de la provincia María Trinidad Sánchez.
Era la época esplendorosa de la que les he hablado de participación de muchas mujeres hermosas.
Con Raquel mantuve una amistad muy especial, pese a toda la situación que devino en torno a ella a raíz de su matrimonio con Frank Cabral.
La censuraban y no publicaban nada de ella en los diarios y alguna gente le tenía miedo.
Siempre coincidíamos en el Salón de Frida en la Lope de Vega donde no me cansaba de hablar con ella y de valorar sus dotes de mujer inteligente.
Una verdadera locura, llamarle por teléfono a su casa y hablar con ella horas muertas, sin preocuparme de que Frank Cabral pudiese estar escuchando la conversación, como parte de su legendaria capacidad para intervenir teléfonos.
''Maña'' fuera que no tuviera su propio teléfono intervenido, y pendejo hubiera sido yo de ponerme a hablar pendejadas con su mujer creyendo que no me iban a estar escuchando.
Pero nada, con Raquel lo que había era una buena amistad y Frank por lo visto le daba su espacio y le permitía tener libertad de elección de sus amistades, cosa que resulta a veces difícil encontrar en una sociedad machista como la nuestra, donde se suele tratar a la mujer como un objeto que forma parte del patrimonio de muchos maridos patanes.
Raquel acaba de ser ratificada como cónsul general en Cánada, cargo que ocupa desde hace años.
Logró quedarse, pese a que algunos de los dominicanos que están en su entorno desarrollaron una campaña para "serrucharle el palo".
No hay gente más guerrillera que los dominicanos con los funcionarios y autoridades consulares de su propio país.
Hace poco vivimos la experiencia en Alemania junto a Feliz Vinicio Lora y José Antonio Aybar de ver el serrucho que le montaron a la bella alemana que fungía como representante de la Secretaría de Turismo en Frankfurt, que tan bien se portó con nosotros durante parte de una gira por Europa con el grupo Aventura.

FOTO:
Raquel Jacobo