INTERCAMBIOS EN LA T.V. QUE MATAN

En el vestir hay códigos establecidos que muchos por ignorancia o desconocimiento son incapaces de descifrar.
Deberían revisar su estiaje aquellos que pretenden mantenerse en base a patrones absolutamente fungibles, al margen de las criterios contemporáneos y vanguardistas, sin que por ello deban dejarse arrastrar por una concepción gastronómica de la moda.
Cómo hablar de moda si usted no es capaz de descifrar los códigos pre establecidos?
O acaso no han reparado en el detalle de que los comentaristas deportivos de la televisión por lo general visten de saco y corbata impecable, lo cual no es fortuito ni por capricho?.
Por qué mejor no vestir de peloteros, cuando están en un juego de beisbol, o usar un atuendo de baloncestista cuando están narrando un partido de la NBA?
Por qué un traje, generalmente negro o de colores oscuros y no una vestimenta deportiva que esté acorde con el deporte que se esté narrando o comentando?
El concepto está codificado, y de ello pudieramos hablar largo y tendido...
Porque en cierto modo, no deja de tener relación con los actores y galanes de telenovelas, a los cuales ve usted hasta en la casa vistiendo saco y corbata formal en un ambiente informal.
La formalidad quizas más aceptada y comprendida es la que establecen los locutores de noticias en la televisión, cuyos códigos sin embargo son violentados frecuentemente por casas suplidoras de ropa ''por intercambio'', donde la dueña no sabe vestir ella y tiene el tupé de aconsejar cómo lo debe hacer el otro.
Se pueden trazar pautas cuando se es incapaz de establecer diferencias entre la informalidad de la línea de un Dolce & Gabbana, que tanto gusta a los jóvenes, la tendencia urbana y desenfadada de Diesel, el lujo de Ives Saint Laurent; la merecida valoración de los diseños de Emeregildo Zeina, con su línea de ropa de hombre o Purificación García, la modista española que se destacada con su moda "prét -á-porté"; la moda unisex de Armani'; el gallego Roberto Verino; las texturas de Cuggi de Italia, hasta caer en los niveles máximos de la moda italiana de Salvatore Ferragamo?.
Pontificar sin establecer criterios ni diferencias se traduce en puro fetiche, digo yo.
Se retratan de cuerpo entero como gente carenciada de un verdadero criterio, cuya capacidad no trasciende el marco de los esteticismos cosméticos de salones de belleza de plazas de gente acomodada que se creen más emblemáticos que el famoso radiador del Roll Royces