EL BURRO SABE A QUIEN TUMBA, Y EL DIABLO A QUIEN SE LLEVA...

Queremos mucho nuestro país, y por ello decimos que dificilmente desearíamos vivir en otro lugar del mundo.

Pero, dice un refrán que "amor no quita conocimiento'', por lo cual no puedo uno negar la realidad de que vivimos constantemente en un mar de paradojas y contradiciones.

Ello a propósito de lo que dice Joseíto Mateo, identificado ''ad vitam" como El Rey del Merengue, de que en el país se celebra cada año el Festival del Merengue, donde invitan a participar a todo el mundo menos a él.

Ostentando él la majestad del ritmo no lo ponen a reinar  en el festival dedicado a nuestra música y en cambio  se le da preferencia  a todos los subditos.

Y aquí cabría muy bien la expresión de qué reinado del diablo es ese?. 

Y no vayan a creer que lo de diablo lo decimos solo como una imprecación, porque a Joseíto le dicen el diablo, el diablo mateo.

Pero, somos así y así somos, como decía el programa de Cornelia Margarita.

Diferente a lo que sucedía con Celia Cruz, que era la reina de la salsa, y no faltaba en ningún festival del género.

En cada uno de los Festivales de la Salsa en el Madison Square Garden de New York, Raphy Mercado invariablemente colocaba a la reina en la parte estelar.

En el cartel se colocaba toda la gente nueva y pegada del momento, pero se le daba su lugar a la reina, en una actitud de respeto hacia ella, que es lo que aquí no se practica con las viejas glorias del arte.

Desde que alguien tiene un tiempo en el medio lo quieren descartar y lo irrespetan diciendo que ya su carnaval pasó y que debería retirarse.

Y es que vivimos en un país de irrepetuosos, por lo general gente sin ningún crédito ni merito, que al carecer de atributos valorables tratan de que todo el que los tiene se quite del medio porque no soportan el valor de los demás.

Son los eternos derrotados del triunfo ajeno, como dice Yaqui  Núñez.

Uno ve como el puertorriqueño, el cubano, el mexicano, le dan valor a sus figuras veteranas y los tratan de manera considerada y con respeto.

Aquí en cambio es prohibido envejecer...

FOTO: Joseíto Mateo