Estaba escrito que esa noche la vería a la hora y en el lugar acostumbrado, en la ciudad amurallada donde las calles dormitan silenciosas, sin roncar ni moverse de su lecho.
Son calles viejas, que sin embargo no roncan cuando duermen.
En aquella esquina de Las Damas había una quietud escalofriante, como si el grito eterno de la noche presagiara lo peor.
Sabía muy bien que cuando dieran las doce ella vendría.
Miré el reloj cuando faltaban cinco minutos para la medianoche, y me dispuse a esperarla en aquel rincón solitario, pobremente iluminado por una tenue farola.
De repente se hizo presente sin que advirtiera su llegada como siempre hace. Nunca va a cambiar... con ella es “misión imposible”.
Desde que llegó lo primero que hizo fue leerme el pensamiento.
Tanto que le he reclamado que no lo haga, pero no hay manera de que lo entienda.
Su alcurnia, su linaje, le han hecho creer durante siglos que es la última Cocacola del desierto...Aunque en su caso diría que se cree la única cruz del cementerio.
Cuando estuvimos juntos siempre fue mi cruz...y ahora que no lo estamos, lo sigue siendo.
Es dificil convivir con vampiras, porque cuando están ansiosas les da por morderte.
Imposible tener mascotas en la casa porque te chupan el perro, el gato, la cotorra.
Y para empalagosas, búsquenlas!..Te acechan, te merodean, y es difícil combatirlas, por lo que lo mejor es aprender a convivir con ellas.
En una ocasión viajé a Cuba y me entretuve en un cabaret bebiendo mojitos y tocando batá en el escenario, pasado de tragos. Me deleitaba y disfrutaba el sincretismo de la cultura africana con la cubana, pero cuando más entusiasmado estaba, se apareció en el lugar y me llevó volando.
Luego viajé al oriente....bien lejos, donde no pudiera encontrarme, y el esfuerzo fue inútil.
Cabalgaba en un camello en el desierto, seguido por las miradas de los muyahidinis, y de repente me la encontré de frente en el sendero... Me miró, dibujando una burla siniestra en sus labios. Se arregló su chal, se cobijó bajo su hiyab y entendí que el propósito era solo el que advirtiera su presencia. Trataba de intimidarme, como si no supiera que no le tengo miedo a los muertos.
Diganme ustedes si mi realidad no es lo suficientemente patética como para que tengan compasión de mi...y de ella, porque después de todo, conmigo está purgando sus penas.
-Qué dice ese mortal por necesidad- me dijo, a manera de saludo, con una sonrisa entre burlesca y siniestra tratando de hacerse la graciosa.
Por lo menos sabía que venía en son de paz.
-Muy bien Analda, aunque un poco preocupado porque en los últimos tiempos en el medio se ha desatado una oleada de actos siniestros-le dije, mientras respiraba profundamente para oxigenarme y calmar de esa manera el nerviosismo que me embargaba.
Ella me miraba con ojos escrutadores y me percaté de que de nuevo estaba por leerme el pensamiento, pero esa vez no lo hizo. Hizo el intento, pero se contuvo.
-El mundo tuyo está poblado por gente ruín y perversa. Los actos siniestros que se manifiestan no son más que parte de las acciones que los seres han emprendido para tratar de limpiar un poco el entorno, tan sucio y arruinado...
-Ya lo sabía, pero pienso que se le está yendo un poco la mano al momento de aplicar los correctivos- le dije, sacando fuerzas no se de donde.
-No puede ser de otra forma, Joe...Si no se emprenden acciones rigurosas, dentro de poco se va a crear una atmósfera insostenible, donde ninguno de ustedes va a poder respirar. Yo soy una que, sin mentirte, en cualquier oportunidad que tengo me lanzo a la calle a saciarme con algunos hijos de puta que tienen tu sociedad podrida.
-Lo sé, lo sé, Analda. Pero si continúan así, nos vamos a quedar sin farándula-le dije.
-Gran cosa que se pierden...unas mujeres que se creen la reencarnación de Santa Teresa de Jesús, pero que andan vendiendo sus nalgas de silicón como si fueran la gran creación de Mia Cepeda. Unos empresarios en cuyas manos no puedes poner el presupuesto de una promoción o de un espectáculo, porque desaparece como por arte de magia, sin contar los promotores artísticos que son unos verdaderos ladrones...Y qué decir de los conductores de programas con trasplantes de pelo que juegan al ‘’zun sun de la calavera”, los cantantes de merengue que parecen puros vástagos del demonio, tan llenos de envidia y de maldad. De verdad me tienen harta!.
-Ya sé que llevas buena cuenta de todo, sin embargo no puedo dejar de preocuparme- Cuando le dije eso dio un giro de 180 sobre el ladrillo de la calle adoquinada donde estaba parada, lo cual era señal de que había dado por terminada conversación.
-Vamos a lo que vinimos- me dijo esta vez con una voz sepulcrar y en tono grave, como si se estuviera preparando para levitar.
No pasaron cinco segundos sin que la tuviera sobre mí...Me tomó por el cuello con sus filosos dientes y abrevó de mi sangre en forma lenta y sin dolor, como lo ha hecho siempre.
Sentí una sensación placentera... por un momento creí estar entrando a su laberinto, subyugado a sus designios, sin callejuelas para caminar ni transitar en coche.
Las ventanas se iluminaron con cirios centenarios de tiempos de la colonia.
La vieja Nemencia tomó su rosario y se arrodilló al lado de su cama dejandose llevar de su instinto de conservación.
Juan, el policía, que había llegado a su casa después de haber cumplido el servicio experimentó un escalofrío desde el tacón de su bota hasta el kepis y se encomendó al Espíritu Santo cuando sintió el viento vaporoso de la muerte rondando su morada.
Todo pasó tan rápido que ni siquiera me percaté de que ya la acción y el ritual se había consumado.
Ella terminó y se había ido.
Una pequeña herida en el cuello era la única evidencia de aquel encuentro fantasmal..
El tránsito entre la noche y el día llegaba quitándole magia y misticismo al ambiente, dejando en claro que era hora de marcharme....
Vendrían otros días, donde de nuevo tendría que volver a verla y a darle de mi sangre...
Después de todo soy el único que la alimenta...
Lo demás es material de desecho tóxico, sangre alcoholizada, con el colestorol muy alto y a veces hasta con VIH.
Le he prohibido buscar sangre de la calle.
Prefiero que me chupe a mi, a que termine enfermándose con la sangre contaminada de gente de la farándula.
Después de todo, no todo el mundo tiene una vampira...
Por favor, podrías ponerte una escuelita para que enseñes a algunos cronistas, comentaristas, oportunistas, chantajistas y periodistitos cómo escribir de esa forma, pues tienen a la gente jarta de hablar las mismas pendejadas y de escribir sólo notas de prensa. ¡Basta ya, carajo! !Queremos cosas como ésta!
ResponderEliminarHace un tiempo nos prometió unos relatos de la ciudad colonial, ¿este es el primero o me he perdido algunos?
ResponderEliminarAlpha
JAJAJAJJAJA EXCELENTE!!! felicitaciones! ..no le niego que empece a leerlo anoche y tuve que dejarlo a medias por el miedo que me dió.
ResponderEliminarL A
SR:CACERES, ME ENCANTO ESTE RELATOS, muy actual; los vampiros son los nuevos PRINCIPES,Y PRINCESAS AZULES DE LOS CUENTOS MODERNOS... vivo sonando encontrarme un vampiro, si conoce alguno por favor dele mis datos.///.ES UNA EXCELENTE NARRACION. FELICIDADES,
ResponderEliminarjajajaajjaja entonces LA GIS quiere un vampiro?? jajaajajjaaja
ResponderEliminarL A