domingo, 27 de enero de 2013


Una denominada pastoral, detrás de la cual está el cardenal, en compañía de una alegada Junta de Vecinos,  no cesan en su afán de mantener la Zona Colonial en un cementerio.
Se entiende como justo el reclamo de que sean regulados los establecimientos de diversión que escandalizan y molestan a los vecinos circundantes.
Pero de ahí a pretender que cesen las actividades de bares y discotecas, pensamos que es mucho pedir.
Ello va en vía contraria a lo que acontece en otras partes, donde al pie de monumentos y obras coloniales, se procuran atractivos y entretenimiento para la gente, de manera que la movilidad propicia una dinámica social, turística, económica que dinamiza el área.
Se puede ver en los lugares históricos de París, de Londres, Cartagena de Indias y el viejo San Juan de Puerto Rico.
Aquí por lo pronto se verifica en la Plaza de España, frente al Alcázar de Colón, cuyos restaurantes le dan vida al área de manera permanente.
En cambio hay otros sectores a los que se les quiere impedir que existan lugares de entretenimiento, solo porque dos o tres viejas rezanderas del sector, apoyadas por el cardenal,  no lo desean. 
Claro, porque ya les pasó su época de janguear y bailar,  y ahora no quieren que otros lo hagan.
Cómo se puede pretender que la zona colonial se convierta en un destino que acoja a centenares de miles de turistas de cruceros, si no aparece en el lugar un restaurante, un bar, una discoteca, donde además de los monumentos y templos coloniales, la gente pueda encontrar esparcimiento?.
Así es que se quiere turismo?. Cómo es posible que teniendo una ciudad primada en América, más interesante que muchas en el continente, se produzca el fenómeno de que otras, sin los atractivos históricos que la nuestra, se encuentren de manera permanente atestadas de gente?
Lo explica solo el fetichismo religioso y la mendacidad de unos cuantos sepulcros blanqueados que pretenden mantener, como ya dijimos, la zona colonial como un cementerio histórico.

1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo!!!!
    Tanto que hablamos de atraer turistas a nuestra zona colonial y que no encuentren un bendito restaurant o un lugar de esparcimiento en la noche porque al Cardenal le da la voluntad de que hay que cerrar esos negocios.
    Estoy de acuerdo en que hay que respetar al Cardenal y a su iglesia, pero tambien el Cardenal debe respetar a los demas si quiere que lo respeten. Es un hombre de carne y hueso representando una religion, no un angel que bajo del cielo. Un mortal como todos nosotros.

    Elver Dugo

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