La critica social en el país de las casualidades y las chepas (Parte I)

Entre palacios y ranchetas te veas…

En este país es donde más se relajan las palabras, los títulos y los términos, como ya hemos dicho en otras ocasiones.
Desde los tiempos en que nuestra ciudad era una aldea platanera, de patios sembrados de auyama, yuca de las que les dicen “yivirica”, (porque se abren, desde que las tiran al agua a hervir), maiz, y hasta hortaliza, hemos tenido Palacio de Telecomunicaciones, Palacio de Correo, Palacio de la Policia Nacional, Palacio Radiotelevisor la Voz Dominicana, Palacio de Justicia, El Palacio del Ayuntamiento del Distrito Nacional, Palacio de los Deportes, sin que ninguna de esas edificiaciones posea aspecto de palacio, pues los únicos con esas características  son el Palacio de Gobierno y el Bellas Artes.

Con el agravante de que la gente se ha contagiado y le dice palacio a cualquier cuchitril o rancheta  de zinc y cuatro tablas. Y así tenemos  El Palacio del Chimichurri, el Palacio del Mofongo, el Palacio de la Punta de Eje,  el Palacio del Son, el Palacio de la Transmisión, el Palacio del Yanikeke, el Palacio del Pulpo, y hasta El Palacio del Pantie, con muchos panties colgados en un alambre para su exhibición, donde las mujeres del barrio que van a comprar se los miden por arriba, para ver si les sirven.


¡Han relajado hasta la morada del rey!…¿Quién le iba a decir a Luis XV que en una media isla al otro lado del mundo, le iban a relajar de ese modo el nombre de su honorable morada, donde no podían entrar los plebeyos?.

¡Ah las vueltas que da el mundo!...